El aumento de las temperaturas que el cambio climático está trayendo consigo repercutirá en un aumento de enfermedades alérgicas por pólenes en el futuro. Tres circunstancias lo explican: el aumento en la concentración de los pólenes, el mayor tiempo de exposición y su mayor agresividad. Sin embargo, las escasas lluvias de este año están dando un respiro a los alérgicos durante la primavera, que está siendo leve en prácticamente toda España.
Según datos de la AEMET, el año pasado puede ser considerado como el más cálido de la serie histórica en España desde que hay registros. Por primera vez se superaron los 15° C de temperatura media, un 1,6° C por encima del promedio normal de las últimas décadas. "Este aumento de la temperatura, junto a los gases de efecto invernadero como el CO2, actúan como fertilizante de las plantas contribuyendo a un incremento en la producción de pólenes", explican desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Pero, además, tal y como explica el doctor Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de esta sociedad, “el aumento de las temperaturas adelanta el periodo de polinización y retrasa su finalización, aumentando ser considerado como el más cálido de la serie el periodo de exposición a los pólenes. También los contaminantes químicos actúan sobre las plantas, que, como no pueden desplazarse, tienen que defenderse y lo hacen modificando su metabolismo y produciendo nuevas proteínas, denominadas 'de estrés', que les permitan subsistir, pero que aumentan la alergenicidad de los pólenes". Todo ello, según explican desde la SEAIC, apuntaría a una primavera intensa para los alérgicos, debido al aumento generalizado de las temperaturas que estamos viviendo. Sin embargo, al haber disminuido la pluviosidad un 24% en el promedio normal, la primavera no está trayendo una alergia tan intensa a pólenes como cabría esperar. Te explicamos el porqué.
¿Qué pasa con la lluvia?
Existe una relación directa entre las concen- traciones de pólenes durante la primavera con factores meteorológicos como la temperatura del otoño e inviernos previos. Pero también con factores como la pluviosidad, que afecta a las concentraciones de pólenes de dos formas: una de ellas beneficiosa para los alérgicos y otra perjudicial. “A corto plazo la lluvia humedece los pólenes que hay flotando en la atmósfera, aumentando su peso y favoreciendo su depósito en el suelo impidiendo que puedan penetrar en las vías respiratorias, lo cual disminuye los síntomas de los pacientes alérgicos cuando está lloviendo.
Sin embargo, a largo plazo la lluvia favorece el creci- miento de todas las plantas, sobre todo las gramíneas, lo que contribuye a un mayor desarrollo y un aumen- to en la producción de pólenes de gramíneas que se van a dispersar por la atmósfera en su momento de floración, con un aumento de los síntomas alérgicos”, explica el doctor Zapata. Este año, al haber habido pocas lluvias, la primavera está siendo leve en prácticamente toda la geografía española salvo en algunas zonas del Centro y Sur peninsular donde su intensidad está siendo variable.
7 MEDIDAS QUE NOS PROTEGEN
1. Utiliza gafas de sol. Te ayudarán a evitar el polvo y el po- len suspendido en el ambiente entre en nuestros ojos.
2. Mantén las ventanas cerradas, en el coche y en casa para evitar que el polen entre en los espacios interiores. Ventila en las horas centrales del día, cuando la concentración de polen suele ser menor. Instala purificadores de aire para mantener el ambiente limpio y filtros de polen en el coche.
3. Evita, en la medida de lo posible, el contacto directo con el alérgeno, no yendo al campo en estos días. Ten en cuenta los días y horas de ma- yor polinización y evita pasar por lugares donde hay mayor vegetación.
4. Adapta la actividad deportiva en exteriores a los momentos de menor inten- sidad de pólenes, evitando salir al aire libre entre las 5 y las 10 horas de la mañana y las 19 y las 22 horas de la tarde.
5. No seques la ropa en el exterior los días de recuento de polen altos.
6. Mantén una correcta hidratación en los ojos y fosas nasales. Utiliza colirios fisiológicos de manera habitual para ayudar a bajar la irritación, el picor o, incluso, el escozor de tus ojos y realiza lavados con suero fisiológico para los síntomas nasales. Evita siempre tocarte los ojos y mantén una correcta limpieza de manos.
7. No te automediques: es habitual combatir este tipo de alergia con fármacos y colirios (antiinflamatorios no esteroi- deos, corticoides tópicos, antihistamínicos...), pero estos siem- pre deben ser recetados por un especialista, evitando recurrir a la automedicación. Consulta al farmacéutico cualquier duda sobre medicamentos específicos para alergias.